Domingo Sahda
Con el título antes señalado, el artista plástico Maximiliano Maignien exhibe una serie de trabajos de su autoría, todos ellos resueltos en el plano y ajustados a las premisas del dibujo y la pintura como configuraciones artísticas de tamaño medio y menor.
La colección se expone en la Sala de Arte Dra. Sara Faisal (calle 25 de Mayo 1810 – ciudad de Santa Fe) y estará abierta para su apreciación pública, tanto en horario matutino como vespertino hasta el miércoles 27 de junio del año en curso,
En la totalidad de las obras a la vista se destaca la presencia de la línea como firme trayecto direccionado, definiendo subespacios compositivos o tramas de marcada densidad expresiva.
Maximiliano apela como vehículo expresivo-comunicativo a la imagen humana en una visión abstractizada inmersa en distintas situaciones de marcada emotividad. Aparecen en sus obras, con criterio esencialmente ajustados a la expresividad, abstractizadas sus imágenes devenidas cual imágenes simbólico-expresivas en tensa actitud, con la mirada fija y expectante. Precisamente en sus trabajos, sean éstos dibujos o pinturas, el trayecto de la misma no “deambula” por sobre el plano plástico sino que define, recorta, subespacios plásticos.
El autor compone y precisa los constitutivos de cada imagen como resueltas definiciones plásticas sin meandros ambiguos ni tintes de pigmentación vacilante. El autor define cada imagen sin ambigüedades, recortando a las misma con su marcada presencia subjetiva. Las obras pueden, eventualmente, interpretarse como “retratos”, en tanto la figura humana es la presencia constante que define cada obra a la vista,
Su colección expuesta puede ajustarse a la concepción expresionista del arte visual, ajustada a una óptica personal en la que aparecen, quizás inopinadamente, algunos ítems compositivo-expresivos un tanto reiterativos. La configuración de la mirada, del rostro en cada imagen se reitera en tanto que en el resto de la obra, de cada obra, la riqueza y el potencial expresivo se revelan en plenitud.
Cada obra a la vista “escruta” a quien ocasionalmente detiene su mirada sobre ella; en tanto en ella se proyecta el gesto actitudinal del autor, sin variables expresivas. La intensidad poética de cada obra a la vista se define en el marco de un concentrado oficio “sin trampas”.
Estamos frente a manifestaciones en las cuales el “saber hacer” señala el “poder decir”. La planimetría define cada proposición a la vista. El desafío eventual será, quizás, la “inmersión” de cada una de sus obras en espacios de mayor amplitud y complejidad expresiva, a fin de no caer, eventualmente, en reiteraciones facilitadas por el manifiesto y excelente oficio del cual el artista plástico hace gala.
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